Administración
y salud pública
Introducción
La hepatitis B es una
infección vírica del hígado que puede dar lugar tanto a un cuadro agudo como a
una enfermedad crónica. Es una infección hepática potencialmente mortal causada
por el virus de la hepatitis B (VHB). Constituye un importante problema de
salud a nivel mundial. Puede causar hepatopatía crónica y conlleva un alto
riesgo de muerte por cirrosis y cáncer hepático.
Trasmisión
El virus de la hepatitis B
puede sobrevivir fuera del organismo por lo menos siete días. En ese periodo
todavía puede causar infección si penetra en el organismo de una persona no
protegida por la vacuna. El periodo medio de incubación de la hepatitis B es de
75 días, pero puede oscilar entre 30 y 180 días. El virus, que puede detectarse
entre 30 y 60 días después de la infección, puede persistir y dar lugar a una
hepatitis B crónica.
En zonas con alta
endemicidad, el virus de la hepatitis B se transmite normalmente de la madre al
niño durante el parto (transmisión perinatal) o por transmisión horizontal
(exposición a sangre infectada), en particular de un niño infectado a un niño
sano durante los primeros cinco años de vida. La aparición de infección crónica
es muy común en los lactantes infectados a través de su madre o antes de los 5
años de edad.
La hepatitis B también se
transmite por exposición percutánea o de las mucosas a sangre o diferentes
líquidos corporales infectados, así como a través de la saliva y los líquidos
menstruales, vaginales y seminales. La hepatitis B puede transmitirse
igualmente por vía sexual, especialmente en el caso de hombres sin vacunar que
mantienen relaciones sexuales con hombres y de personas heterosexuales con
múltiples parejas sexuales o que tienen contacto con profesionales del sexo.
Epidemiología
La máxima prevalencia de la
hepatitis B se registra en las regiones de la OMS del Pacífico Occidental y de
África, en las que el 6,2% y el 6,1% de la población adulta, respectivamente,
está infectada.
En las regiones de la OMS del Mediterráneo Oriental, de Asia Sudoriental y de Europa se calcula que, un 3,3%, un 2,0% y un 1,6% de la población, respectivamente, padece infección. En la región de la OMS de las Américas, el porcentaje de personas con hepatitis B es del 0,7.
En las regiones de la OMS del Mediterráneo Oriental, de Asia Sudoriental y de Europa se calcula que, un 3,3%, un 2,0% y un 1,6% de la población, respectivamente, padece infección. En la región de la OMS de las Américas, el porcentaje de personas con hepatitis B es del 0,7.
¿Quiénes corren riesgo de
sufrir la enfermedad de forma crónica?
La probabilidad de que la
infección se cronifique depende de la edad a la que se produzca. Los niños
infectados con el virus de la hepatitis B antes de cumplir los seis años son
los más expuestos al riesgo de sufrir infecciones crónicas:
En los lactantes y niños:
- entre un 80% y un 90% de los lactantes
infectados en el primer año de vida sufrirán una infección crónica; y
- entre un 30% y un 50% de los niños
infectados antes de cumplir los seis años sufrirán una infección crónica.
En los adultos:
- menos de un 5% de las personas sanas que
se infecten en la edad adulta sufrirán una infección crónica; y
- entre un 20% y un 30% de los adultos que
padecen una infección crónica sufrirán cirrosis y/o cáncer hepático.
Diagnóstico
Las manifestaciones clínicas
no permiten diferenciar la hepatitis B de la hepatitis causada por otros
agentes virales y, consiguientemente, es esencial la confirmación del
diagnóstico en laboratorio. Se dispone de algunas pruebas de sangre para
diagnosticar la hepatitis B y hacer el seguimiento de los pacientes. Mediante
esas pruebas se pueden distinguir las infecciones agudas y las crónicas.
El diagnóstico de laboratorio de la hepatitis B se centra en la detección del antígeno superficial del virus de la hepatitis B (HBsAg). La OMS recomienda que se analicen todas las donaciones de sangre para detectar la infección, garantizar la seguridad de la sangre y evitar la transmisión accidental del virus a los receptores.
El diagnóstico de laboratorio de la hepatitis B se centra en la detección del antígeno superficial del virus de la hepatitis B (HBsAg). La OMS recomienda que se analicen todas las donaciones de sangre para detectar la infección, garantizar la seguridad de la sangre y evitar la transmisión accidental del virus a los receptores.
- La infección aguda por el virus de la
hepatitis B se caracteriza por la presencia del HBsAg y de la
inmunoglobulina M (IgM) en el antígeno del núcleo (HBcAg). En la fase
inicial de la infección los pacientes también son seropositivos para el
antígeno e de la hepatitis B (HBeAg). Este antígeno es normalmente un
marcador de que el virus se replica de forma intensa y su presencia indica
que la sangre y los líquidos corporales de la persona infectada son muy
infecciosos.
- La infección crónica se caracteriza por
la persistencia (más de seis meses) del HBsAg (con o sin concurrencia de
HBeAg). La persistencia del HBsAg es el principal marcador del riesgo de
sufrir una hepatopatía crónica y cáncer de hígado (carcinoma
hepatocelular) posteriormente.
Tratamiento
No hay un tratamiento
específico contra la hepatitis B aguda. Por tanto, la atención se centra en
mantener el bienestar y un equilibrio nutricional adecuado, especialmente la
reposición de los líquidos perdidos por los vómitos y la diarrea.
La infección crónica por el virus de la hepatitis B puede tratarse con medicamentos, en particular agentes antivirales orales. El tratamiento puede ralentizar el avance de la cirrosis, reducir la incidencia de cáncer de hígado y mejorar la supervivencia a largo plazo.
La infección crónica por el virus de la hepatitis B puede tratarse con medicamentos, en particular agentes antivirales orales. El tratamiento puede ralentizar el avance de la cirrosis, reducir la incidencia de cáncer de hígado y mejorar la supervivencia a largo plazo.
La OMS recomienda la
administración de tratamientos orales (tenofovir o entecavir) porque son los
fármacos más potentes para suprimir el virus de la hepatitis B. Rara vez
desembocan en farmacorresistencia en comparación con otros fármacos, son
fáciles de tomar (1 pastilla al día) y tienen pocos efectos secundarios, por lo
que solo exigen un seguimiento limitado.
El entecavir ya no está
protegido por patente, pero su disponibilidad y costos son muy variables. A su
vez, el tenofovir está protegido por patente hasta 2018 en la mayoría de los
países de ingresos altos y medios-altos, en los que el costo de un año de
tratamiento oscilaba en febrero de 2017 entre US$ 400 y US$ 1500. Aunque
algunos países de ingresos medios-altos, como China o la Federación de Rusia,
todavía tienen obstáculos relacionados con la patente para acceder al
tenofovir, el tenofovir genérico es asequible en la mayoría de los países en
los que hay acceso a él. El Mecanismo Mundial de Información sobre Precios
indica que el costo de un año de tratamiento oscilaba en febrero de 2017 entre
US$ 48 y US$ 50.
Ahora bien, en la mayoría de
las personas el tratamiento no cura la infección por el virus de la hepatitis
B, tan solo suprime la replicación del virus. Por tanto, cuando se inicia el
tratamiento contra la hepatitis B, se debe continuar durante toda la vida.
En muchos entornos de escasos
recursos el acceso al diagnóstico y tratamiento contra la hepatitis B sigue
siendo limitado. En 2015, solo el 9% (22 millones) de los 257 millones de
personas con infección por el VHB estaban diagnosticadas. Entre los casos
diagnosticados, la cobertura mundial del tratamiento era de tan solo un 8% (1,7
millones). Muchas personas solo son diagnosticadas cuando ya tienen hepatopatía
avanzada.
Entre las complicaciones a
largo plazo de las infecciones por el VHB, la cirrosis y el carcinoma
hepatocelular son causa de una gran carga de morbilidad. El cáncer de hígado
avanza rápidamente y, puesto que las opciones de tratamiento son reducidas, el
desenlace es por lo general descorazonador. En los entornos de ingresos bajos,
la mayoría de las personas con cáncer de hígado muere a los pocos meses del
diagnóstico. En los países de ingresos altos, la cirugía y la quimioterapia
pueden prolongar la vida unos cuantos años, y el trasplante de hígado se
utiliza en pacientes con cirrosis, con resultados variables.
Objetivo general
Disminuir la prevalencia en países
de África y del pacifico occidental hasta un 2.5% de personas que ya están infectadas.
Objetivos específicos
1. Realizar jornadas de vacunación a lactantes y menores de 5
años.
La
serie completa de vacunas genera anticuerpos que alcanzan niveles de protección
superiores al 95% en lactantes, niños y adultos jóvenes. La protección dura por
lo menos 20 años, y probablemente toda la vida. Por lo tanto, la OMS no
recomienda dosis de refuerzo en las personas que hayan recibido la serie
completa de la vacuna en tres dosis.
2. Fomentar la salud sexual en adultos y adolescente
A
toda la población que está en riesgo sería conveniente una serie de pláticas de
concientización acerca de la enfermedad relacionado con las malas prácticas
sexuales, así como la entrega de preservativos y otros métodos anticonceptivos.
Pronóstico
Con estas acciones que se van
a realizar en el año 2019, se pronostica una disminución de la prevanlencia
considerablemente en el 2021 reduciendo de 6.2 % a 3.3% en zona de endemicidad
así como el la el cuidado en las prácticas sexuales .
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